Dependiendo del azúcar que contienen los vinos espumosos y el tiempo de envejecimiento, obtendremos las diferentes clases de cava.
Cava Brut Nature: 0-3 g. de azúcar por litro.
Cava Extra Brut: máximo 6 g. de azúcar por litro.
Cava Brut: máximo 12 g. de azúcar por litro.
Suele ser muy suave en boca, con buen equilibrio entre acidez y dulzor, que le da cierta ligereza al cava y lo dota de un paso más goloso. El cava Brut resulta fresco en nariz y en boca.
Cava Extra Seco: entre 12 y 17 g. de azúcar por litro.
Cava Seco: entre 17 y 32 g. de azúcar por litro.
Cava Dulce: más de 50 g. de azúcar por litro.
Marcas que podemos encontrar en el tapón del corcho en cavas y vinos espumosos.
La estrella en el corcho nos indica que es un cava, una bebida elaborada por el método Champagnoise.
Se somete el vino, una vez embotellado, a una segunda fermentación en la misma botella para producir el gas.
El rectángulo en el corcho nos indica que es una bebida de fermentación en botella.
La segunda fermentación se ha realizado en botella, solo ha tenido dos meses de reposo, y no se ha pasado por el proceso de degüelle y extracción de impurezas, sino que, simplemente, se ha cambiado de botella.
La circunferencia en el corcho nos indica que es una bebida conocida como Granvás.
Todo el proceso de fermentación se ha realizado en grandes tanques de fermentación, y de ahí, se embotella directamente para su comercialización.
El triángulo en el corcho indica que son vinos espumosos de calidad media al que se le añade gas carbónico de forma artificial.
Las burbujas obtenidas son más gruesas y menos integradas que en los dos procesos anteriores.
